"En el Mérida de España, por ejemplo, el argentino D’Alessandro me
recibió un 6 de enero diciendo que yo era su regalo de reyes, me puso
dos partidos y dejó el regalo tirado en un rincón. Salir de la Sampdoria
al Mérida fue la peor decisión que tomé en mi carrera. Lo hice por un
capricho y así me fue. Me arrepentí. Era un equipo que estaba de paso por la Primera. Yo no
sabía ni dónde quedaba. Me habían dicho que iba a jugar, me
recibieron como regalo de reyes y al final terminé jugando menos que en
Sampdoria, dos partidos..." (Ángel Morales)