Milos Milutinovic es uno de los grandes artilleros de la historia del fútbol yugoslavo. Hermano de Milorad y del mítico Bora, aquel que dirigió a las selecciones de México, Costa Rica, Estados Unidos, Nigeria y China en los Mundiales de 1986, 1990, 1994, 1998 y 2002 respectivamente, Milos se cansó de marcar goles con el Partizan de Belgrado entre 1952 y
1958, motivo suficiente como para que el mismísimo Santiago Bernabéu se
fijase en él y a punto estuviese de ficharle en 1956.